domingo, 21 de diciembre de 2008

Exploradores de la Virgen de Shönstatt

Parte del grupo nos saluda desde la imagen. Qué alegría!!! Prontos, como siempre, respondieron a mi invitación a estar juntos para esta foto. Como las abejitas van y vienen cada sábado a la tarde, y se puede ver y "probar" que como la miel sus afanes tienen al final un dulzor, este es el sabor del crecimiento de cada uno de ellos y del grupo y sus proyecciones positivas en las familias. Algunas veces los encontré en oración silenciosa en la Iglesia, en una vigilia, poco antes de dar un paso formal dentro de su organización. También en la escucha de cada chico y en el diálogo con los papás, por parte de los dirigentes, se encuentra el consejo, el aliento, la corrección... la reflexión. Son fuertes así mismo en las cosas que preparan para vender; son creativos y constantes. Saben cómo conseguir los recursos. Estuvo bueno el festival, variado y entretenido y bien organizado. Armando y desarmando carpas y estructuras con palos son fantásticos. Y cuantas cosas que no sabré captar pero que en sus rostros entusiasmados y sus pasos ágiles van expresándose, sobre todo la amistad que va surgiendo, probada y generosa. Iris y Juan Carlos y su familia, como Cristina con sus chicos y Alejandra con sus hijas, Myriam que se va sumando, Marcela con la catequesis, Eliana y los muchachos y la presencia de algunos papás son pilares en esta construcción dinámica de uno de los grupos de la Parroquia. Les deseo un hermoso y provechoso campamento para el verano y los acompañaré con la oración. Finalmente cómo no decir que son un verdadero ejemplo superando adversidades y sacando cosas adelante dando todo lo que pueden. En Iris felicito a todos.

Los papás de los exploradores

En la tardecita de uno de los últimos sábados de este año los papás esperan a Iris, Cristina y Myriam -las dirigentes- para una reunión en la que la conversación irá y vendrá en torno al campamento del grupo del verano en Córdoba. En el mismo patio están sus chicos en febril actividad, cada uno en su grupo.

El entusiasmo y la alegría, el esfuerzo y el espíritu de superación de este grupo de exploradores -dirigentes, jóvenes y chicos- se vieron claramente en las múltiples actividades durante el año, tanto en la misma Parroquia como cuando salían invitados a participar en algún acontecimiento y sobre todo en los mismos campamentos que son su mayor alegría.

La devoción a nuestra Madre la Virgen de Schönstatt estuvo todo el año encendiendo el corazón de cada uno de ellos en el momento de oración al inicio de tareas cada tarde de sábado.

Recuerdo ahora una noche que regresaban los exploradores de uno de sus campamentos la generosidad de los papás ayudando a bajar las cosas, que son muchas, integrados a la alegría de los frutos del campamento y muy cercanos con este gesto a los dirigentes y a sus propios chicos.

Una felicitación grande y muy cálida a estos hermanos nuestros que nos muestran una de las formas en que aman a sus hijos acercándolos a otras familias con sus mismos ideales y fortaleciéndose al compartir todo lo bueno que la actividad y los principios del grupo de exploradores tiene.