domingo, 28 de abril de 2013

Valor y límites de la libertad

Del Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia tomo tres números sobre la libertad. Algunas sombras que amenazan conculcarla se filtran en estos días en la vida de la Nación y pueden ser disipadas a tiempo. Hay más sobre el tema en el Compendio que lo puedes encontrar en http://www.vatican.va/archive/index_sp.htm
  
LA LIBERTAD DE LA PERSONA
Valor y límites de la libertad 

135 El hombre puede dirigirse hacia el bien sólo en la libertad, que Dios le ha dado como signo eminente de su imagen: «Dios ha querido dejar al hombre en manos de su propia decisión (cf. Si 15,14), para que así busque espontáneamente a su Creador y, adhiriéndose libremente a éste, alcance la plena y bienaventurada perfección. La dignidad humana requiere, por tanto, que el hombre actúe según su conciencia y libre elección, es decir, movido e inducido por convicción interna personal y no bajo la presión de un ciego impulso interior o de la mera coacción externa».
El hombre justamente aprecia la libertad y la busca con pasión: justamente quiere —y debe—, formar y guiar por su libre iniciativa su vida personal y social, asumiendo personalmente su responsabilidad. La libertad, en efecto, no sólo permite al hombre cambiar convenientemente el estado de las cosas exterior a él, sino que determina su crecimiento como persona, mediante opciones conformes al bien verdadero: de este modo, el hombre se genera a sí mismo, es padre de su propio ser y construye el orden social.

136 La libertad no se opone a la dependencia creatural del hombre respecto a Dios. La Revelación enseña que el poder de determinar el bien y el mal no pertenece al hombre, sino sólo a Dios (cf. Gn 2,16-17). «El hombre es ciertamente libre, desde el momento en que puede comprender y acoger los mandamientos de Dios. Y posee una libertad muy amplia, porque puede comer “de cualquier árbol del jardín”. Pero esta libertad no es ilimitada: el hombre debe detenerse ante el “árbol de la ciencia del bien y del mal”, por estar llamado a aceptar la ley moral que Dios le da. En realidad, la libertad del hombre encuentra su verdadera y plena realización en esta aceptación».

137 El recto ejercicio de la libertad personal exige unas determinadas condiciones de orden económico, social, jurídico, político y cultural que son, «con demasiada frecuencia, desconocidas y violadas. Estas situaciones de ceguera y de injusticia gravan la vida moral y colocan tanto a los fuertes como a los débiles en la tentación de pecar contra la caridad. Al apartarse de la ley moral, el hombre atenta contra su propia libertad, se encadena a sí mismo, rompe la fraternidad con sus semejantes y se rebela contra la verdad divina». La liberación de las injusticias promueve la libertad y la dignidad humana: no obstante, «ante todo, hay que apelar a las capacidades espirituales y morales de la persona y a la exigencia permanente de la conversión interior si se quieren obtener cambios económicos y sociales que estén verdaderamente al servicio del hombre».

sábado, 20 de abril de 2013

Elección del nuevo Mtro Gral franciscano



El Santo Padre Francisco, el pasado 6 de abril, ha nombrado Secretario de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica al Hno José Rodriguez Carballo OFM, ahora nuestro ex Ministro General, elevándolo al mismo tiempo a la sede titular de Belcastro, con la dignidad de Arzobispo.

Para el 21 y 22 de mayo próximos fueron convocados, por el Vicario general Hno Michael Perry OFM y el Definitorio general, frailes representantes de las Conferencias franciscanas de los distintos continentes con el propósito de elegir un nuevo Ministro General que prestará este alto servicio hasta el próximo Capítulo general. Para acompañar ya desde ahora este discernimiento y elección, nos llegó la siguiente oración:

Oración por el Discernimiento y Elección
de nuestro Nuevo Ministro General
Señor Jesucristo, tú nos llamas como llamaste a San Francisco de Asís a vivir fielmente el Evangelio en fraternidad, en misión y en el servicio a los pobres y marginados y en comunión con la Iglesia.
Tú designas hermanos, que siguiendo tu ejemplo, ofrecen sus vidas en el servicio como Ministro general según tu propio corazón, y a semejanza de Ti, entregándose ellos mismos en el amor.
Te damos gracias por nuestro hermano José, nuestro ex Ministro general, por su fiel servicio a la Orden, a la Iglesia y al mundo.
Te pedimos, Señor Jesús que junto con el Padre, envíes el Espíritu Santo sobre la Orden, de un modo especial durante este tiempo de elección de un nuevo Ministro general. Acompaña el proceso de discernimiento y la decisión de la fraternidad con tu sabiduría e inteligencia divinas.
Santísima Trinidad, da al nuevo Ministro general a quien Tú ya has elegido, santidad y fortaleza para llevar a cabo el ministerio y su misión.
Que tu Palabra reine suprema en su vida, y que con cada una de sus palabras y acciones, pueda conducir la Orden a Ti que eres el Bien, todo Bien, sumo Bien.
Continúa bendiciendo y guiando la Orden de los Frailes Menores para que todo lo nuestro pueda cumplir tu santo y veraz mandamiento.
Que la Bienaventurada Virgen María, Madre de Dios, interceda por nosotros.
Ahora y siempre. Amén.