Espíritu de Dios, ven a prepararnos para esta fiesta! Como los pastores, con la sencillez de la Sabiduría, vayamos hasta el pesebre con el asombro y el gozo del anuncio muy dentro nuestro, para encontrarnos con la humildad de Dios, cuidada por la niña de Nazaret, María, y el varón justo de la casa de David, José. Humildísimos y derramando la alegría más grande que pueda vivirse, con el Amor entre ellos, cantémosle los villancicos de siempre, estemos presentes allí en el Belén de hoy, ahí donde estamos, con los que estamos. Ven Niño pequeñito, vengan María y José a nosotros!
Más dulce que la miel, más alimento que el pan casero amasado con las manos del cuidado y el amor familiar, luz nueva más que mediodía de siete soles, vino añejado que embriaga hasta convertirte, en tu medida, en el Amor generoso y diligente, fraterno, hasta el cansancio de la tarde.
Ven Niñito de Belén a nosotros, llévanos a ustedes!
2 comentarios:
Muy hermoso todo lo que has escrito,que la luz de este Niño recien nacido nos renueve en nuestras vidas ,que elNiño te colme de bendiciones a vos tambien.Patricia
Hermosas palabras que nos llegan al corazón y nos acompañan a renacer en Navidad. Alicia
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