miércoles, 5 de agosto de 2009

Altura hermosa

El monte, la altura, es "hechura" del Padre y nosotros sus hijos -en el Hijo- a través de largos milenios como lugar de encuentro con Él, Quien nos da todo y en Quien somos lo mejor que somos capaces de ser. Estas alturas hermosas a los ojos abren el espíritu -por la gracia del Espíritu-, nos pacifican y despiertan el oído del corazón a la Voz que habla desde el madero santo y la tumba vacía el lenguaje del Amor en las palabras inspiradas de la Sagrada Escritura, en el Libro y en las vidas, en cada historia, en cada uno.

Este embalse sobre el Río Diamante -río que baña las tierras fértiles de San Rafael, aguas que calman la sed de los hombres y mujeres tenaces en sus labores agrícolas que les procuran el pan, probados y desafiados en cada temporal de piedra- es el conocido Los Reyunos. Es éste uno de los aprovechamientos hidroeléctricos de estos ríos de montaña con desniveles importantes en su curso que favorecen la generación de la energía que mueve la economía, la vida familiar y social, y en ella tantísimos servicios y artefactos como éste que uso ahora.

Cumbre, pan y aguas purificadoras que alegran -como el vino- cotidianamente abren el cielo en cada Eucaristía.
Para aquellos pagos vamos andando para que me levantes y así encontrarte y compartirte , para que en tu Amor en el que te abajas me encuentres y me compartas, Pan de Vida.

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