C'est la prière, c'est le sacrifice qui font toute ma force. Ce sont mes armes invincibles! ¡La oración y el sacrificio conforman toda mi fuerza. Son mis armas invencibles! Nos dice santa Teresita de Lisieux.
San Pablo a su vez, nos dice: «... tomen la armadura de Dios, para que puedan resistir en el
día malo y mantenerse firmes después de haber superado todos los obstáculos.
Permanezcan de pie, ceñidos con el
cinturón de la verdad y vistiendo la
justicia como coraza. Calcen sus
pies con el celo para propagar la Buena Noticia de la
paz. Tengan siempre en la mano el
escudo de la fe, con el que podrán apagar todas las flechas encendidas del
Maligno. Tomen el casco de la salvación,
y la espada del Espíritu, que es la
Palabra de Dios.»
(Ef 6, 13-17); «La noche está muy avanzada y se acerca el día. Abandonemos las obras propias de la noche y vistámonos con la armadura de la luz» (Rm
13,12); «Nosotros, por el contrario, seamos sobrios, ya que pertenecemos al
día: revistámonos con la coraza de la fe
y del amor, y cubrámonos con el casco
de la esperanza de la salvación.» (1Ts 5,8)
El escudo y el lema de Papa Francisco los ves en la imagen puesta más arriba, su explicación la encuentras aquí abajo. La tomamos del sitio del Vaticano. www.vatican.va
ESCUDO DEL SANTO PADRE
FRANCISCO: EXPLICACIÓN DEL ESCUDO Y DEL LEMA MISERANDO ATQUE ELIGENDO
EL ESCUDO
En las características
esenciales, el Papa Francisco ha decidido conservar su escudo de armas
anterior, elegido desde su consagración episcopal y caracterizado por una
lineal simplicidad.
El escudo azul está coronado
por símbolos de la dignidad pontificia, iguales a los queridos por su
predecesor Benedicto XVI (mitra colocada entre llaves cruzadas de oro y de
plata, unidas por un cordón rojo). En lo alto, campea el emblema de la orden de
la cual proviene el Papa, la
Compañía de Jesús: un sol radiante y resplandeciente cargado
por las letras, en rojo, IHS, monograma de Cristo. La letra H está coronada por
una cruz; debajo de esta letra, los tres clavos en negro.
Abajo, se encuentran la
estrella de ocho puntas -las ocho puntas simbolizan las ocho bienaventuranzas- y la flor de nardo. La estrella, según la antigua tradición heráldica,
simboliza la Virgen María,
madre de Cristo y de la
Iglesia; mientras la flor de nardo indica a San José, patrono de la Iglesia
universal. En la tradición iconográfica hispánica, de hecho, San José es
representado con un ramo de nardo en la mano. Poniendo en el escudo estas
imágenes, el Papa ha querido expresar la propia y particular devoción a la Virgen Santísima y San José.
EL LEMA
El lema del Santo Padre
Francisco está tomado de la
Homilía de San Beda el Venerable, sacerdote (Homilía 21:
CCL122, 149-151), el cual, comentando el episodio evangélico de la vocación de
San Mateo, escribe: “Vidit ergo Iesus publicanum et quia miserando atque eligendo vidit, ait Illia Sequere me” (Vio Jesús un
publicano y así como lo vio, con sentimiento de amor, y lo eligió, le dijo;
Sígueme).
Esta homilía es un homenaje
a la misericordia divina y es reproducida en la Liturgia de las Horas de la Fiesta de San Mateo (21 de
setiembre). Ella reviste un significado particular en la vida y en el
itinerario espiritual del Papa. De hecho, en la Fiesta de San Mateo del año
1953, el joven Jorge Mario Bergoglio experimentó, a la edad de 17 años, en un
modo del todo particular, la presencia amorosa de Dios en su vida. Luego de una
confesión, se sintió tocar el corazón y advirtió el descenso de la misericordia
de Dios, que con mirada de tierno amor, lo llamaba a la vida religiosa, según
el ejemplo de San Ignacio de Loyola.
Una vez elegido Obispo, S.E.
Mons. Bergoglio, en recuerdo de tal acontecimiento que signó los inicios de su
total consagración a Dios en su Iglesia, decide elegir, como lema y programa de
vida, la expresión de San Beda miserando
atque eligendo, que ha querido reproducir también en el propio lema
pontificio.
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