viernes, 29 de marzo de 2013
Saludo de Card Comastri a Papa Francisco
Parroquia Santa Ana - Vaticano
Casi escondida sobre la Vía de la Puerta Angélica ,
que lleva hacia la Plaza
de San Pedro, en el Vaticano, se encuentra una Iglesia que guarda dentro de sí
un encanto que conmueve, y una gran riqueza espiritual y cultural. Se trata de la Iglesia Pontificia
de Santa Ana, única Parroquia de la Santa Sede , que es conocida como "Parroquia
Frontera", ya que está situada en una de las entradas vehiculares que
llevan de Roma al interior del Vaticano y es custodiada por la Guardia Suiza.
En esta Parroquia, el pasado
domingo 17 de marzo y antes de su primer Angelus en la Plaza de san Pedro, Papa
Francisco celebró la Eucaristía. Al
final de la Misa
el Card. Angelo Comastri, dirigió breves palabras de saludo, puestas más abajo,
a Papa Francisco. Contó entonces una hermosa experiencia que tuvo cuando Papa
Francisco dirigía su primer saludo a los hermanos presentes allí y a todo el
mundo, desde la Logia
en la plaza de san Pedro.
Card Comastri-Papa Francisco-Guido Marini
Saludo del Card Angelo
Comastri a Papa Francisco:
Padre Santo en estos días
hemos escuchado el viento de Pentecostés que ha sacudido las paredes de nuestra
alma. Cuando el pasado miércoles a las 19.05, miré el reloj, usted dijo me
llamaré Francesco, usted debería haber visto los rostros de los cardenales:
¡desde hace dos mil años no había sucedido que un papa se llamase Francisco!
Quién estaba a su lado le pregunto: “¿Cómo ha dicho? «Francisco» [respondió] ¿¡
Francisco!?” Y todos pasaban la voz, poco a poco, a todos los cardenales: “¡Tenemos
un papa Francisco!”.
A mí personalmente, me vino
enseguida a la mente un episodio. El 17 de septiembre de 1993 Juan Pablo II fue
a la Verna , yo
era obispo en Toscana y los obispos de la Toscana fuimos a recibirlo. En el gran refectorio
de la Verna al
terminar la comida, Juan Pablo II conversando con los frailes y con nosotros
los obispos dijo: “aquí en la
Verna y en Asís nació el franciscanismo pero de alguna manera
ha renacido el cristianismo, reencontrando la simplicidad y el fervor de los
inicios”. Es lo que está sucediendo padre Santo, reencontrando la simplicidad y
el fervor de los inicios.
Además, aquel día de la
elección cuando estuvimos en la Logia, cuando usted se asomó para el primer
saludo, otros cardenales nos encontrábamos en las logias laterales; los
altavoces estaban dirigidos hacia la plaza por lo cual nosotros no veíamos nada
ni tampoco escuchábamos nada. Después vimos a la gente en completo silencio
haciendo oración, no habíamos entendido la invitación, preguntábamos, pero ¿qué ha
sucedido?, ¡cuando de repente se quedaron todos callados! Cuando salí pregunté
¿qué ha sucedido? Le pregunté al primero que encontré, creo que era un operador
del Centro de Televisión, me dijo “¿no sabe lo que sucedió? El Papa le pidió a
la gente «oren por mí» y se inclinó para recibir las oraciones de la gente”. Y
agregó: “sabe que yo sentí el perfume de Belén, el perfume del Evangelio” y dos
lágrimas cayeron de los ojos -y yo me conmuevo fácilmente- cayeron también de
mis ojos.
Padre Santo, el mundo espera
el perfume de Belén, el perfume del Evangelio. Llene la Iglesia del perfume del
Evangelio que es el perfume de Jesús, evidentemente. Nosotros lo seguiremos,
Gracias.
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